Sucede a veces que una persona cree estar llamada por Dios a abandonar la propia Congregación... para entrar en algún convento de clausura... Quizás se trate simplemente de una invitación del Señor a que el alma se haga más recogida, con más vida interior, más amante de la oración (APD47, 63).
Beato Santiago Alberione