¡Vive, oh Pablo!... ¡Vive e ilumina las mentes oscurecidas, vive y sostén en las luchas a los apóstoles inflamados de nuestros días! ¡Vive y efunde a las almas profundas, que aman la comunicación más íntima con Dios, tus elevaciones y contemplaciones! (APim, 214).
Beato Santiago Alberione