Si después de la comunión decís solo «Jesús, te amo», él no estará contento; debéis añadir: «Jesús, te amo y amo a las almas». Rezad bien el acto de caridad, entero. Decid al Señor: «Hazme amar a las almas como las amaste tú» (PrP I, 119).
Beato Santiago Alberione