Al igual que la predicación oral, la escrita o impresa divulga el Evangelio, lo multiplica, lo hace llegar a todas partes. Así nos dio Dios la palabra divina predicada oralmente y los setenta y dos libros de la Escritura. Y la Iglesia ha obrado así en todos los tiempos: los papas, los obispos y los sacerdotes hablan y escriben (UPS III, 124).
Beato Santiago Alberione