La gloria de Dios y la salvación de las almas: este es el fin específico del apostolado de la edición. Es el mismo programa que los ángeles cantaron sobre la cueva de Belén: «Gloria Deo, pax homínibus». El programa de Jesucristo y de la Iglesia. Fin altísimo, por tanto, fin divino (AE, 17).
Beato Santiago Alberione