San Pablo nos da un gran ejemplo de docilidad en dejarse guiar, en el cumplimiento de la misión y en su apostolado, por el consejo de otros. Cuando cayó a tierra en el camino de Damasco y preguntó «¿Qué debo hacer?» se dirigió a Jesucristo; pero éste le mandó a que le respondieran sus ministros (Pr 2, 109).
Beato Santiago Alberione