Nuestro primer trabajo es la santificación, luego viene el apostolado... ¿Creemos quizás que baste nuestra inteligencia, nuestra salud, los consejos recibidos a derecha e izquierda (y no siempre de Dios)? No, no bastará todo esto. Se requiere la luz, la gracia que viene de Dios (RSp, 31).
Beato Santiago Alberione