La vida es preciosa: ¡hay que aprovecharla al máximo! Lamentarse de esto o de lo otro, significa no entender nada, no comprender que lo que cuenta es la virtud... Dios, providente, piensa darnos las ocasiones... para practicar la virtud y adquirir el paraíso: ¡aprovechémonos! (RSp, 37).
Beato Santiago Alberione