Agradecemos a nuestra hermana Mari Muñoz su generosidad al compartir con nosotros su reflexión sobre este tiempo de cuaresma.
Ayúdanos Señor a vivir la Cuaresma tal como la descubrí ayer y hoy en tu Palabra: "Volved a mi de todo corazón" (profeta Joel 2,12)
Si nos pides eso es porque nos estás abriendo tu corazón de Padre para vivir esa correspondencia de amor.
De ahí la primera condición de la Cuaresma, la oración, pero una oración gozosa, porque vamos a encontrarnos contigo, y no la hacemos por obligación sino como el ciervo sediento que va buscando fuentes de agua fresca.
La segunda es el ayuno, aunque lo acogemos como solidaridad con toda la Iglesia, no nos centramos en el ayuno sino en Ti, en todo lo que nos amas, y como para ello nuestra mente debe estar más despierta y más limpia, vamos a intentar prescindir de todas aquellas cosas que no son necesarias, y aprender para siempre, no sólo para este tiempo de Cuaresma.
Ilumínanos, Señor, a cada uno, para saber qué es aquello que nos impide avanzar, y danos tu fuerza para prescindir de ello.
La tercera, es la limosna, no es solo de bienes materiales como el dinero; se quedaría en una condición muy raquitica. De nuevo te miramos a Ti, y vemos cómo te nos das, y seguimos contemplando cómo nos quieres.¡no te reservas nada!
Ayúdanos a imitarte para también nosotros saber darnos a los demás, siendo una forma de corresponder a tu amor, ya que en los demás allí te encuentras Tú.
Ayúdanos, Dios, a descubrirte en esta Cuaresma como el Señor que en este tiempo se ofrece a ayudarnos de forma especial, al decirnos que éste es un tiempo de Salvación. Como humanos nos cuesta ser fieles, que el pensamiento de celebrar este año tu Resurrección cuando lleguemos a la Pascua, nos conforte y nos alegre.
Mari Muñoz Moreno
(anunciatina)