No separemos nunca
el pensamiento de la la vida
presente del pensamiento
de la vida eterna. Nuestra
vida es una sola: aquí abajo
tenemos el preámbulo de vida,
pero luego ésta se prolonga
por toda la eternidad. Obtener
una eternidad feliz depende
de nosotros. "Elige, pues,
la vida" (Dt 30,19)
Beato Santiago Alberione