Quien ama de veras la ciencia busca la verdad, e incluso en las discusiones, cuando se exponen los varios pareceres, pesa las razones de los otros, las medita más que las propias; trata de descubrir lo que se dice y, si reconoce la verdad en ello, la abraza, corrigiéndose a sí mismo (Pr 1,108).
Beato Santiago Alberione