Presentaremos a Jesús, por medio de María, las súplicas por las vocaciones; pero no solo por las vocaciones paulinas... Nuestro corazón debe ser abierto, amplio. Abierto a las necesidades de todos, amplio para incluir todas las almas. Debe estar formado según el corazón de Jesús (Pr 5, 122).
Beato Santiago Alberione