“Tomás no se fía de lo que dicen los otros apóstoles: «Hemos visto el Señor»; no le basta la promesa de Jesús, que había anunciado: el tercer día resucitaré. Quiere ver, quiere meter su mano en la señal de los clavos y del costado. ¿Cuál es la reacción de Jesús? La paciencia: Jesús no abandona al terco Tomás en su incredulidad; le da una semana de tiempo, no le cierra la puerta, espera. Y Tomás reconoce su propia pobreza, la poca fe: «Señor mío y Dios mío»: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza: es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente” (Papa Francisco. Homilía 7-4-2013).
domingo, 16 de abril de 2023
II DOMINGO DE PASCUA - LOS OJOS DEL CORAZÓN
Que, por siempre, Señor, te sienta vivo
y en un mudo recuerdo no te encierre,
pues que no quieres que mi fe se quiebre
y venga yo a caer en sinsentido
Perdóname las veces que he caído
en busca de evidencias que me cierren:
que en la mente tantas veces se ciernen
y el sentir del corazón dejan perdido.
Que muy dichoso entre aquellos sea hallado
que en tu palabra ya reconocieron
que el mismo eras como resucitado.
Que no sea de los que te pidieron
poder meter su mano en tu costado.
Del corazón los ojos yo prefiero.
P. Pedro Jaramillo Rivas.
Parroquia S. Juan de la Cruz (Guatemala)