“La imagen de la puerta la repite Jesús en el Evangelio… Esta puerta es Él mismo (cf. Jn 10, 9). Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre. Una puerta nunca cerrada… está abierta siempre y a todos… Tal vez alguno de vosotros podrá decirme: «Pero, seguramente yo estoy excluido, porque soy un gran pecador: he hecho cosas malas, he hecho muchas de estas cosas en la vida». ¡No, no estás excluido! Precisamente por esto eres el preferido, porque Jesús prefiere al pecador, siempre, para perdonarlo, para amarlo. Jesús te está esperando para abrazarte, para perdonarte. No tengas miedo: Él te espera. Anímate, ten valor para entrar por su puerta. … En la actualidad pasamos ante muchas puertas que invitan a entrar prometiendo una felicidad que luego nos damos cuenta de que dura sólo un instante, que se agota en sí misma y no tiene futuro… Quisiera decir con fuerza: no tengamos miedo de cruzar la puerta de la fe en Jesús… Porque Jesús ilumina nuestra vida con una luz que no se apaga más. No es un fuego de artificio, no es un flash. No, es una luz serena que dura siempre y nos da paz. Así es la luz que encontramos si entramos por la puerta de Jesús” (Papa Francisco, Angelus, 25-8-13)
domingo, 30 de abril de 2023
IV Domingo de Pascua - LA PUERTA
En este tipo de vida metidos
difícil es encontrar la salida
y muy costoso emprender la subida,
por estar completamente molidos.
Es peligroso quedarse dormidos,
soltando de nuestras manos la brida,
porque segura será la caída
y con fuerza sonarán los crujidos.
Necesitamos salir desde adentro:
en el corazón nos jugamos la apuesta
de rehacer en nuestra vida el encuentro.
Mira a Jesús, pues que Él mismo es la PUERTA
y, al ponerlo de tu vida en el centro,
salida y subida dalas por ciertas.
P. Pedro Jaramillo.
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)