Dios es Uno, pero también Trino; por eso quiso dotar al hombre de tres facultades, cada una de las cuales tiene la huella de una divina Persona: la voluntad del Padre, la inteligencia del Hijo, el sentimiento del Espíritu Santo: ¡divina obra maestra de Dios Uno y Trino! (ACV, 87).
Beato Santiago Alberione