A veces se teme dejar ver nuestros defectos externos, se teme causar mala impresión ante la gente; se tiene miedo de una mancha en la cara, ¿y respecto al alma? ¡Cuántos cuidan más su estima ante los hombres, tienen más cuidado de la salud, que no de ser apuestos y agradecidos ante Dios! (Pr 2, 94).
Beato Santiago Alberione