Es justamente en la fe donde la mente se entrena a vivir en Dios... El fiel cree, no porque ha entendido así con la razón, sino porque así lo dice Dios. Puede incluso no entender nada del misterio creído; ¿pero qué importa? Lo dice Dios, y basta. Se trata, para la mente, de una renuncia a vivir en sí mismo, para vivir en Dios (ACV, 24).
Beato Santiago Alberione