Las almas verdaderamente piadosas hacen de los santos evangelios su delicia, pues ahí encuentran las enseñanzas y ejemplos de nuestro Señor Jesucristo, y nada las forma mejor en la sólida piedad, nada las encamina más eficazmente a la imitación del divino Maestro (ACV, 66).
Beato Santiago Alberione