Pidamos a Jesucristo, que es la Verdad, la gracia de santificar nuestros pensamientos. ¡Pensamientos elevados, pensamientos dirigidos a Dios! Pensamientos en las cosas que son cumplimiento de la voluntad de Dios. ¡Santificación de la mente! (Pr 5, 5-6).
Beato Santiago Alberione