La oración es la elevación de la mente que da honor a Dios y al mismo tiempo petición para nosotros de las cosas que nos convienen. La gracia medicinal es la que despierta todas nuestras energías; es el calor que hace madurar todas nuestras buenas resoluciones; es el grito del alma necesitada, débil, enferma (Requiescite pusillum, 2,138f)
Beato Santiago Alberione