Hay que leer el Evangelio con ese amor y ese espíritu con que Jesús lo predicó a los hombres. Su único objetivo era glorificar al Padre y enseñar a los hombres el camino de la paz espiritual, temporal y eterna. Hay que tratar de ser verdaderos discípulos... El Evangelio salió del Corazón de Jesús; hay que interpretarlo con un corazón lleno de amor (LS 310).
Beato Santiago Alberione