Los hombres, siendo todos hijos de Dios, son infinitamente amados por él. Anhelando hablarles de cosas maravillosas... les escribió una larga carta y se la entregó a la Iglesia que, como fiel cartero, se la entregara a los hombres, para que todo hombre fuera iluminado en su camino y un día llegara con Él al Paraíso (LS 199).
Beato Santiago Alberione