El Señor nos ha creado y por eso vivimos. Hemos venido al mundo. Viniendo al mundo, creados por Dios, el Señor nos ha destinado a un fin y el fin es este: en su bondad, el Padre celestial quiere tener a su alrededor, allá arriba, en su mesa, una multitud de hijos y allá arriba nos espera (APD56, 313).
Beato Santiago Alberione