Hay que pedir el progreso, la victoria sobre las pasiones, las virtudes: teologales, en primer lugar; cardinales, en segundo lugar; y, en tercer lugar, las virtudes religiosas, esas que luego se elevan por medio del voto. Y hay que pedir también las virtudes morales como la paciencia, la obediencia, la docilidad (APD56, 64).
Beato Santiago Alberione