La Iglesia nace en los brazos de María el día de Pentecostés. Y así como había llevado a Jesús en sus brazos, así María lleva a la Iglesia en sus brazos hasta que esta se haya fortalecido un poco y pueda emprender su camino, aunque siempre asistida por María desde el cielo (APD56, 83).
Beato Santiago Alberione