María, por el título de llena de gracia que el proprio Dios os dio… dignaos derramar sobre el mundo tal torrente de gracia que ilumine a los ciegos, convierta a los impíos, conforte a los débiles, estimule a los pusilánimes, anime a los tímidos, reafirme a los buenos y sostenga a los generosos (PR 278).
Beato Santiago Alberione