Es necesario santificarse. «¿Ad quid venisti?». ¿A qué has venido? ¿Era recta la intención cuando entraste? Es decir, ¿únicamente para santificarte? y dedicarte a esos apostolados específicos que están indicados? ¿Has abrazado de todo corazón los dos primeros artículos de las Constituciones? (APD56, 169).
Beato Santiago Alberione