Esperanza en Jesucristo. El Hijo fue enviado por el Padre para enseñar el camino al cielo a los hombres que caminaban por caminos equivocados. Él es el Camino. Y es también el vehículo, es decir, la gracia para realizar las buenas obras «que debemos y queremos hacer» (San Paolo, enero 1963, p. 7; cf CISP 1364).
Beato Santiago Alberione