Examen de conciencia: para ser más fructífero es bueno examinar primero el pensamiento, luego el sentimiento, en tercer lugar, la acción. Las cosas externas son más fáciles de descubrir, mientras que los pensamientos y sentimientos son más difíciles, por ejemplo, el orgullo, la ambición, la testarudez, la vanidad, etc. (FSP30*, 74).
Beato Santiago Alberione
