[Muchas veces] sabemos todo menos lo que nos concierne. ¿Ves que tuviste una distracción, que no prestaste atención a tu deber, que siempre estás distraído? Prestemos atención a nosotros mismos, a nuestro apostolado, a lo que concierne a nuestra alma (FSP31*, 244).
Beato Santiago Alberione