
Esta tarde tras la 3ª votación hemos visto la Fumata blanca, y la alegría ha invadido todos los corazones de los católicos.
El Cónclave ha elegido al 267 º Obispo de Roma, Cardenal Robert Francis Prevost, cuando se ha dado el anuncio a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro del Vaticano, por el Cardenal Protodiácono Dominique Mamberti. Tanto para los asistentes en la Plaza, como para los que hemos seguido la transmisión a través de los diversos medios de comunicación, ha sido un gozo y una acción de gracias a Dios por habernos concedido tan pronto un nuevo Papa.
Desde ese preciso momento nuestro compromiso para orar por él ha de estar muy presente en nuestro día a día, pues en este mundo con tantas guerras abiertas, con aumento de la increencia es necesario que la Iglesia tenga un pastor que nos guíe y oriente para ser firmes en el creer en el inmenso amor que Dios nos tiene, y así podamos ser testigo del mismo de forma que nuestro testimonio lleve a muchos a recuperar la fe perdida.