Si es cierto que el corazón de ustedes se parece al corazón de Jesús, deben tener las mismas aspiraciones que el corazón de Jesús. Y no digan: Unas pocas almas, una escuela, me bastan; a mí me bastan cuatro o cinco enfermos en un hospital. Sino digan: Quisiera a todos los hombres, para conducirlos a todos por el camino de la salvación, hacia Dios (FSP31*, 101).
Beato Santiago Alberione