Del 26 al 1 de junio de este año, hemos tenido los E.E. de Familia Paulina: ssp, hsp, pd, isf y el isva. Hace años que vamos haciendo este recorrido y es para todos nosotros/as una bendición de caminar juntos como Familia.
Los Ejercicios nos lo ha dado el P. Juan Fernando Cuenca, franciscano; muy conocedor del Apóstol Pablo durante muchos años, y nos ha sorprendido muy gratamente a todos, no tanto por su saber, como por su vehemencia al hablar que sale de un corazón que lo que dice lo vive, con un gran convencimiento y al mismo tiempo con un gran entusiasmo que se contagiaba. Transmitía una Esperanza contra toda desesperanza. Los pequeños desasosiegos que albergara nuestro corazón se diluían con facilidad.
En la vida espiritual a veces somos muy inconscientes de lo que nos pide el Señor y de lo que espera de nosotros. Y con ello podemos hacer difícil nuestra vida y la vida de los demás. El Señor, lo único que nos pide (ni siquiera nos pide) nos propone, desea, que le amemos y que estemos con Él. Y Dios Padre está esperando que actuemos como hijos en el Hijo que es Jesucristo.
No se trata de méritos, no se trata de conseguir nada especial, no se trata de ganar el cielo; el Cielo ya lo ha ganado Jesús para nosotros (“después que vaya a prepararos un lugar, volveré a buscaros; para que donde yo esté estéis también vosotros” (Jn 14,3).
Y el Padre quiere que aprendamos de Jesús Maestro a ser camino, verdad y vida para los demás. No porque seamos como Jesús si no porque Jesús quiere estar en nosotros y desde ahí llevarnos al Padre. ¡A su Padre y a nuestro Padre!
Viviríamos con más gozo en nuestro corazón si nos dejáramos llevar sin más por el camino del Señor, porque con Él siempre estaremos en la dirección correcta; estaremos en sus manos y nada ni nadie nos podrá apartar del amor de Dios.
Mª
Dolores Andréu, isva