Llena el corazón de gracia, especialmente de más fe, más esperanza, más caridad, más modestia, más paciencia, más humildad. El alma más bella exige más santidad de la mente, más santidad de la voluntad, más santidad del corazón, más delicadeza de las costumbres, más inocencia (FSP31*, 138).
Beato Santiago Alberione