viernes, 30 de marzo de 2018

Viernes Santo en la Pasión del Señor

Manos ayer generosas,
    repletas de bendición;
    manos hoy ensangrentadas,
    crispadas por el dolor.
Manos de Cristo, que muere
    culpable porque vivió
    con la vida y con las manos
    abiertas, en puro don;
    porque en ellas no encontraron
    robo, discriminación,
    ni bendiciones compradas,
    ni juicios la pecador;
ni milagros ostentosos,
    ni programa adulador
    de los ricos y los fuertes,
    del templo o de la nación.
Eran manos solo abiertas
    a los hombres y a su Dios,
    no porque los hombres tengan,
    sino por ser lo que son.
No porque Dios sea....
    sino porque Dios es Dios.
                                                 María Isabel Pereda


Nuevamente tomamos de ORAR LA VIDA, una colaboración sobre el Viernes Santo, como siempre agradeciendo   a la Dirección Nacional del Apostolado de la Oración,  nos permita  publicarla en nuestro blog.