Hoy Cristo ha resucitado, y con su Resurrección, la cristiandad canta jubilosa ¡Aleluya! A través de los medios de comunicación, participamos de la Vigilia pascual con mucha intensidad y, tal vez, mas expectantes que nunca, el momento de la bendición del cirio Pascual, llevó la luz a nuestro corazón, apagado por la tristeza de este mal que nos persigue y acosa y que a tantas personas ha atrapado y muchas han dejado este mundo, pues no han podido hacerle frente, pero, a pesar de todo, renace la esperanza al sentir que las tinieblas se van dispersando con la Luz de Cristo: Él ha vencido a la muerte, y Él nos preparará un lugar en la Casa del Padre.
Con la bendición del agua, he sentido que tenía la necesidad de pedir al Señor que me lave de mis pecados, pues este año no he podido celebrar el Sacramento de la Reconciliación, y en mi interior he sentido la frescura de ese agua que lava nuestras culpas.
El entonar el Gloria, ha adquirido mayor significado, ¿cuántas veces habré asistido a la vigilia Pascual y ha habido momentos que no he vivido con la intensidad que este año? El Gloria ha sido el canto con el que, precisamente junto con el Santo, me he sentido unida a toda la cristiandad y a los ángeles y santos y toda la Iglesia triunfante, un gozo que deseo para toda la humanidad.
Hoy, Cristo nos ha regalado vivir y celebrar su Resurrección, reconocer que el virus, la muerte, no tienen la última Palabra, que Cristo que ha resucitado de entre los muertos, aviva nuestra esperanza, nos invita a fortalecernos con las Sacramentos, para seguirlo a Él que es el único Camino, Verdad y Vida.
Gracias Señor por el gran regalo de haber podido vivir esta Pascua con mayor profundidad y fraternidad, gracias por tu Luz, tu agua viva que mana de las fuentes de la Salvación y por la Iglesia que diariamente nos sirve el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía.
Gracias María por aceptarnos como hijos tuyos, sabemos que tu compañía nunca nos faltará, al igual que estuviste con tu Hijo, hasta en los momentos más duros el entregar su vida.
Por eso entonamos, durante toda este tiempo pascual
Reina, del cielo, alégrate, aleluya.
Porque el Señor a quien has llevado en tu vientre, aleluya.
Ha resucitado según su palabra, aleluya.
Ruega a Cristo por nosotros, aleluya.
Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
Porque en verdad ha Resucitado el Señor, aleluya.
No nos cansamos de felicitar a María por la Resurrección de su Hijo y a todos los hermanos comunicamos esta alegría.
Señor que nunca olvidemos que tú has muerto y has resucitado por amor a esta humanidad que a veces se aparta de ti, perdónanos y danos tu salvación. y tampoco olvidemos que María nos lleva hacia ti, que nunca nos separemos de Ella. Amén
Rosa María C.M.