jueves, 18 de junio de 2020

Mes a San Pablo - día 18

SAN PABLO, APÓSTOL CON LA ORACIÓN
San Pablo daba gran importancia al apostolado de la oración. Y justamente, pues este fue el apostolado de Jesús en su vida privada; y este es el apostolado de Jesús en su vida eucarística. A los Filipenses [Pablo] escribía: Sé que sus oraciones me ayudan a salvarme. A los Colosenses les recomendaba: Perseveren en la oración, recen también juntos por mí, para que el Señor refuerce mi palabra al predicar el Evangelio. Y no sólo, sino que explicaba más claramente cuando decía a los Tesalonicenses: Les recomiendo que recen para que el Evangelio sea predicado en todas partes y sea bien acogido, como lo fue entre ustedes, y para que seamos liberados de los malos.

San Pablo aprendió con la propia experiencia cuánto vale la oración para salvar almas. De hecho, había visto a san Esteban que mientras era apedreado oraba por sus verdugos. – Y con aquellas oraciones obtuvo especialmente la conversión de nuestro Pablo. San Agustín dice, en efecto, que no tendríamos a san Pablo si no hubiéramos tenido a san Esteban. – Todas las veces que necesitaba recibir gracias especiales, san Pablo oraba: antes del bautismo pasó tres días en ayuno y oración; antes de emprender sus viajes apostólicos y entregarse a la obra de la conversión de los gentiles, transcurrió tres años en Arabia haciendo penitencia y orando por sí y por la conversión de las almas. Tras haber predicado en Éfeso y en Tiro, antes de dejar a los fieles de esas ciudades, rezó prolongadamente para obtener su perseverancia. Y esto no lo hacía sólo alguna vez, sino que asegura claramente a los Tesalonicenses: oramos continuamente por ustedes para que el Señor se digne daros la fe. Y lo mismo escribía a los Romanos.
San Pablo nos advierte por qué personas conviene más ejercer el apostolado de la oración: «Lo primero que recomiendo es que se tengan súplicas y oraciones y acciones de gracias por la humanidad entera, por los reyes y todos los que ocupan altos cargos».
Obsequio: Busco una oración a San Pablo para decir en algún momento del día.
    Jaculatoria: San Pablo apóstol, protector nuestro, ruega por nosotros y por el Apostolado de las Ediciones.