viernes, 19 de junio de 2020

Mes a San Pablo - día 19

SAN PABLO, APÓSTOL CON LA  PALABRA


San Pablo dice claramente y como regla general: La fe viene por oír la palabra del Evangelio. Y es en esto donde mayormente brilla el celo de san Pablo. Su palabra se adaptaba siempre a los oyentes, llena de calor, convincente, penetrante, aunque sencilla dentro de su sublimidad y ajena a vanos ornatos retóricos. Su expresión era fluida y abundante. Llevado prisionero a Roma, invitó en la cárcel a los hebreos para instruirlos en su religión: acudieron ellos, y fue tal la vivacidad de su discurso y la fuerza de sus argumentos que los oyentes no se cansaban y estuvieron oyéndole desde la mañana hasta la noche.
En Listra, el pueblo se entusiasmó tanto con la palabra del Apóstol que le llamaban Mercurio, o sea el dios de la elocuencia, y a toda costa querían sacrificarle un novillo, como se usaba hacer con las divinidades paganas.
San Anselmo, hablando de la predicación de san Pablo, dice que éste recorrió desde el mar Rojo hasta el Atlántico llevando doquier la luz de la verdad. En efecto, fue como el sol que ilumina todo el mundo, hasta poder decir que a Pablo le faltaron mundo y pueblos que convertir, mientras él no faltó a ninguno. Tal es la medida de su celo.
San Pablo hablando de los predicadores de las verdades evangélicas exclama: ¡Qué santos son sus pasos, es decir las fatigas de estos anunciadores de la buena nueva!
Sí, es hermoso y santo dar a conocer a nuestro Creador; hermoso y santo dar a conocer a nuestro Señor Jesucristo; hermoso y santo dar a conocer la Iglesia, su doctrina, sus sacramentos, sus preceptos.
Obsequio: leeré un texto del Evangelio y trataré de reflexionarlo para ver qué dice a mi vida
Jaculatoria: San Pablo apóstol, protector nuestro, ruega por nosotros y por el Apostolado de las Ediciones.