viernes, 19 de junio de 2020

SONETO: CORAZÓN DISPONIBLE

De cara a la “nueva normalidad”, todo lo que estamos padeciendo puede endurecer nuestro corazón o puede hacerlo disponible. Que el corazón se endurezca en este duro tiempo es un peligro real. El Papa Francisco decía sobre la “dureza del corazón”: “el corazón duro y cerrado es el corazón que cree haber llegado ya donde iba y ya no quiere crecer, se pone a la defensiva, se cierra: ‘con mis ideas me va bien, no me vengan con historias’… ¿De dónde viene la dureza de corazón? Por ejemplo, puede venir de una fuerte experiencia de dolor: el dolor endurece, los golpes curten la piel… El dolor te puede cerrar el corazón…” Y, de manera directa, nos hacía preguntarnos: “¿tengo el corazón duro, cerrado?, ¿dejo que mi corazón crezca?, ¿tengo miedo de que crezca?... Se crece siempre con las pruebas, con las dificultades… Como nos pasó de niños: aprendemos a caminar cayéndonos… Desde nuestro andar a gatas hasta caminar, ¡cuántas veces nos caímos! Se crece con las dificultades” (Homilía del 17 de enero de 2019). “En este mundo desigual e inmaduro/ que sin disfraz a la luz ha quedado/ no intentes tu corazón hacer duro”.



A todos ha alcanzado la pandemia,
pero no iguales han sido las suertes,
no solo con relación a la muerte,
tampoco en lo necesario que apremia.

Para Dios-Padre sería gran blasfemia
desoír su llamada que convierte,
y presto no estar a comprometerte,
dejando tus actitudes bohemias.

Que para ti no te quede lejano
el grito de hacer real un futuro
de casa común y justicia soñado.

En este mundo desigual e inmaduro
que sin disfraz a la luz ha quedado
no intentes tu corazón hacer duro.
                                                                                              

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)