El acercamiento al que sufre y al pobre es un acercamiento “sagrado”. El Papa Francisco ha insistido mucho en el cómo acercarse a los pobres, partiendo de una afirmación que estremece: El
“camino del encuentro con Jesús -Dios- son sus llagas. No hay otro” (3-7-13). Y a cuatro verbos,
empleados específicamente para la acogida a los migrantes, pero que pueden extenderse a todo
tipo de pobres: *Acoger, *proteger, *promover e *integrar, en el mensaje para el 2020 ha añadido
otras seis parejas de verbos: *conocer para comprender (“los pobres no son números, son personas”) *Prójimos para servir (“los miedos nos impiden acercarnos como prójimos y servir con
amor”) *Reconciliarse y escuchar (“sólo a través de una escucha humilde y atenta podremos llegar
a reconciliarnos de verdad”) *Crecer y compartir (“tenemos que aprender a compartir para crecer
juntos, sin dejar fuera a nadie”) *Involucrar para promover (“Si queremos realmente promover a
las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas
de su propio rescate”) *Colaborar para construir («Este no es el tiempo del egoísmo, porque el
desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas»). “Pero haz tu ayuda
con recto sentido - Y al tiempo que socorres tantos yerros + Sueña en un mundo mejor compartido”.
Al acercarte a la gente que sufre,
no vayas sin haberte descalzado,
pues el que tienes delante es sagrado
y con él tu vanidad no la cubres.
No te subas más allá de las nubes
ni buscando vayas el ser ensalzado,
pues que así te sentirás ya pagado
y peldaños hacia el cielo no subes.
El compartir con los pobres y enfermos
señal es de corazones partidos,
que son fecundos y no quedan yermos.
Pero haz tu ayuda con recto sentido:
Y, al tiempo de socorrer tantos yerros,
sueña en un mundo mejor compartido.
P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)