domingo, 12 de julio de 2020

SONETO: OJOS PARA MIRAR

La pandemia está teniendo costos personales impresionantes. A los ya empobrecidos se está uniendo una inmensa caravana de los que se quedan en el camino. El Papa Francisco comentaba: “La misericordia no abandona a quien se queda atrás. Ahora, mientras pensamos en una lenta y ardua recuperación de la pandemia, se insinúa justamente este peligro: olvidar al que se quedó atrás. El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí, que todo irá bien si me va bien a mí. Se parte de esa idea y se sigue hasta llegar a seleccionar a las personas, descartar a los pobres e inmolar en el altar del progreso al que se queda atrás. Pero esta pandemia nos recuerda que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren: todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro. Es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad (Homilía 19-4-2020 – Dgo. de la Misericordia-). “Tiempo es de mirar de preferencia - la cuneta que de pobres se ha agrandado - y en ayudarles poner diligencia”.



¡Cuántas vidas la pandemia se ha cobrado!
y no solo a guadaña de la muerte;
que a muchos les ha cambiado su suerte
y en pobreza total los ha dejado.

No vayas por la vida a ojos cerrados;
te impedirá que mires a la gente;
y si, en las nubes, ni miras ni adviertes
quedará tu corazón embotado.

Tiempo es de mirar de preferencia
la cuneta que de pobres se ha agrandado
y en ayudarles poner diligencia.

En ellos, Jesús quiere ser encontrado
y pide que le prestes tu presencia,
porque prefiere un encuentro encarnado.

P. Pedro Jaramillo
Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)