sábado, 15 de agosto de 2020

SONETO: PLENO FINAL

En medio de la pandemia que nos tiene hondamente afligidos “en cuerpo y alma“, qué bueno sería que la fiesta de la Asunción de la Virgen nos ayudara también a ver “la salida” en cuerpo y alma (ni sólo en el cuerpo ni sólo en el alma. Una salida en plenitud). Así lo recordaba el Papa Francisco: “La realidad estupenda de la Asunción de María manifiesta y confirma la unidad de la persona humana y nos recuerda que estamos llamados a servir y glorificar a Dios con todo nuestro ser, alma y cuerpo. Servir a Dios solamente con el cuerpo sería una acción de esclavos; servirlo solo con el alma estaría en contradicción con nuestra naturaleza humana… Si hemos vivido así, en el alegre servicio a Dios, que se expresa también en un generoso servicio a los hermanos, nuestro destino, en el día de la resurrección, será similar al de nuestra Madre del cielo” (Ángelus, 15-8.18) “Corazón abierto a la vida total - y no enredado tan solo en el suelo - de María celebra su pleno final”. 


Los pies bien fijos tener en la tierra y, 

con ganas, nunca dejar de luchar 

es este tiempo que se ha tornado infernal 

y que tan graves tropiezos encierra. 


El peligro tiene de que te aferra 

a solo de tejas abajo mirar, 

sin que tus ojos quieran saber superar 

una visión que en ti mismo te encierra. 


La mirada también abrir hasta el cielo 

no es ajena a una mirada global 

y no es cuestión de simplista consuelo. 


Corazón abierto a la vida total 

y no enredado tan solo en el suelo 

de María celebra su pleno final. 


P. Pedro Jaramillo 

Parroquia de San Juan de la Cruz (Guatemala)