Hoy agradecemos a nuestra Hermana Teresa Córdoba que nos comparte su reflexión sobre este día de Navidad
Dios se hace
niño como nosotros, para salvarnos y enseñarnos la palabra de Dios, y no por
medio de luchas y guerras, sino con su ejemplo, amando a todo el mundo,
ayudándonos, cuidándonos, enseñándonos a respetar a nuestros mayores como Él
hizo con José y María, cumpliendo la Ley, dándonos sus Mandamientos y
Bienaventuranzas, donde está el resumen de lo que todos debemos saber y seguir.
Hoy se han
perdido todos estos valores, se ha sacado a Cristo de las escuelas, los hijos
no respetan a los padres, los hermanos luchan entre ellos, y ha empezado una
nueva Sodoma y Gomorra, donde todo lo malo vale, y cuanto peor, mejor.
Pero es que esto
no es lo que nosotros debemos dejar pasar, porque no tenemos la solución, sino
que tenemos que hacer ver a los que nos rodean, que hay otra forma de vida. Que
si echamos a Jesús de nuestra vida, estamos perdidos. Y como se ha dicho
siempre, tenemos que predicar con el ejemplo, para que los que nos rodean vean
que no todo es malo, y que puede haber una solución.
Es difícil, lo
sé, porque nosotros solos no vamos a cambiar el mundo, pero si conseguimos que
los demás se pongan a pensar en cómo podemos hacer algo, unos a otros iremos
pasando el mensaje.
Y después de
esta mirada catastrofista a nuestra actualidad, vamos a pasar a vivir lo que es
la Navidad.
Hemos vivido el Misterio de ver al Verbo encarnado en un pequeñín, que nos abre sus bracitos, invitándonos a abrazarle y quedarnos allí con Él. Que quiere que estos días nos sintamos renovados en el espíritu, nos sintamos felices, sin que la situación actual nos aparte de Él, y proponiéndonos cambiar, para que cambien los demás con nuestro ejemplo. Sera difícil, pero con su ayuda lo conseguiremos.