La santidad es vida,
movimiento, nobleza,
efervescencia, de la buena, no
algo que cae sino que sube. ¡Si!
Pero lo será, solo y siempre, en
proporción al espíritu de fe, y de
nuestra voluntad: el Señor está
con nosotros; somos
cooperadores de Dios.
Beato Santiago Alberione