domingo, 14 de marzo de 2021

Cuarto Domingo de Cuaresma

Nuestra Hna. Mari, comparte con nosotros su reflexión de este Domingo IV de Cuaresma. Le agradecemos su participación que ella misma nos explica.

Mi reflexión, de tan solo dos versículos  de este Domingo,  se transforma en oración, una oración personal, que  comparto  para quien también la  quiera hacer suya.

“Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.” (S. Jn. 3,14-15)

Elevado por el sufrimiento, para que yo tenga vida. Que cuando yo me encuentre aplastada por el mal, sea capaz de elevar mi mirada hacia Ti.

Señor, ¡qué manera de ser Rey! Ayúdame a comprenderte y a cambiar mi forma de pensar, ayúdame, Jesús, a ser pobre, a despojarme de tantos hilos invisibles y visibles, que me impiden acercarme a Ti

Que nunca me olvide de mirar a mi salvación que eres Tú, Jesús, clavado en una cruz fría y desabrida. Que todo lo frío y desabrido de mi vida lo una a Ti, y lo transformes en amor y salvación.

Señor, nuestro pecado no tiene nombre.

Señor, en la cruz nos expresas la máxima manifestación de tu amor.                                                                                                                                                                                                          Mari Muñoz