domingo, 25 de abril de 2021

Domingo II de Pascua - La Divina Misericordia

Hoy, con bastante retraso, publico la colaboración de nuestra anunciatina María Dolores Andreu, ella lo envió el día 11 de abril, pero por los motivos anteriormente expuestos en disculpas, hasta ahora no ve la luz.

La devoción de la Divina Misericordia recibió un gran impulso en el pontificado de Juan Pablo II. El Papa proclamó la “Fiesta de la Divina Misericordia” el 30 de abril de 2000, que se celebraría todos los años el primer domingo después de Pascua.
Esta fiesta fue impulsada por la religiosa polaca Santa Faustina Kowalska. El 22 de febrero de 1931 tuvo una visión de Jesús, quien le encomendó tres cosas:
• Predicar la Misericordia de Dios.

• Elaborar nuevas formas de devoción.

• Iniciar un movimiento que renovara la vida de los cristianos en el espíritu de confianza y misericordia.


Del Evangelio de hoy (Jn 20,19-31)   

"Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: -Hemos visto al Señor.

Pero él les contestó: -Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: -Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: -Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Contestó Tomás: -¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: -¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto".

Reflexión personal

"Los discípulos le contaron a Tomás que habían visto a Jesús Resucitado y no los creyó, ¿nosotros, cuántas veces hemos creído a nuestros hermanos? ¿Cuántas veces hemos pensado, qué me va a decir éste o ésta?

Sin embargo, Dios se sirve de las criaturas para llevar la Buena noticia de su muerte y resurrección por amor a todos. El mundo está necesitado de esperanza, de consuelo, de alegría en el corazón.

También las personas que están a nuestro alrededor tienen en sus cuerpos las llagas de Cristo, porque han sufrido las incomprensiones, la violencia de los demás y los sufrimientos de la vida misma; por eso, hoy también, es el día de La Misericordia, porque sólo con misericordia podemos cambiar este mundo y hacerlo mejor. Y por eso Jesús dio su vida por la humanidad para que aprendamos de él a vivir en misericordia para con todos, sin excepción. 

María Dolores Andreu, anunciatina