jueves, 1 de abril de 2021

TRIDUO PASCUAL - Jueves Santo

 Agradecemos a nuestra Hna. Dolores Andreu, anunciatina española, que comparta con nosotros su reflexión sobre este primer día del Triduo Pascual.

Misa Vespertina de la Cena del Señor

La misa del Jueves Santo es memorial de la Pascua de Jesús y aniversario de la última Cena. Hace referencia explícita a la voluntad de Jesús de llevar a su plenitud el sentido del banquete pascual judío. Cristo es el verdadero "cordero pascual", que se ofrece al Padre en sacrificio para alcanzar una vida nueva a los hombres.
La nota dominante del Jueves es el amor, que instituye la Eucaristía y el orden sacerdotal. La Eucaristía es sacramento del misterio de la Iglesia, como comunidad reunida en el amor. (Liturgia del Jueves Santo)

Jn 13,1-15: Los amó hasta el extremo.

"Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los su­yos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo".

Reflexión personal

En este día de Jueves Santo, Jesús nos da la mejor muestra de su amor instituyendo la Eucaristía para quedarse con nosotros para siempre; para recibirle en nuestro ser y formar parte de nosotros mismos, o nosotros mismos de Él. Para quedarse en el sagrario esperando cada día a que acudamos a él para cualquier necesidad.

Unas horas antes de vivir su Pasión nos da el mayor acto de amor que nadie puede dar. A nosotros que le dejamos sólo, a nosotros que pasamos de Él,  a nosotros que todavía no hemos entendido su mensaje: "amaos los unos a los otros como yo os he amado".
La Eucaristía es el mayor tesoro que nos ha podido dejar Jesús porque nuestra vida ya está enraizada en Él y nuestra fuerza, en todo, está en Él. Si tuviéramos fe viva en Jesucristo, como lo han tenido los santos, como lo han tenido mucha gente sencilla que ha confiado plenamente en su presencia, no caeríamos en el desaliento, no caeríamos en la desconfianza, no caeríamos en la presunción de que podemos valernos por nosotros mismos porque sólo Él nos lo ha dado todo.

También tenemos que dar gracias a Dios por la vocación al Orden Sacerdotal, que gracias a ella podemos celebrar cada día el memorial de la Cena del Señor y de su presencia viva en medio de nosotros. Hay que pedir al Señor que nos dé muchos y santos sacerdotes pues: “la mies es mucha y los obreros muy pocos”.

Y mientras tanto sigamos el mandato del Señor: «os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.                                                                                                       Dolores Andreu ,    Anunciatina española