Jesús atrajo a su cuna a los pastores y a los magos. Los pastores fueron los primeros, invitados por los ángeles... Fueron, encontraron al niño y le adoraron. No los ricos, ni los sabios, ni los poderosos, ni los dignatarios fueron llamados en primer lugar, sino los pobres, los humildes, los sencillos (BM, p.288)