Si para todos los cristianos es necesario luchar, se comprenderá fácilmente cuánto más lo es para el apóstol. En efecto, él necesita no sólo una vida ejemplar, sino también la posesión de virtudes sociales corroboradas por la humildad, el espíritu de sacrificio, la constancia, el amor a Dios y a las almas (AE, 67-68).
Beato Santiago Alberione