Señor, haz de mí lo que te plazca. Condúceme en tu amor, condúceme en el camino de la perfección y haz que yo corresponda a todo. Te abro mi corazón, llénalo de gracia. Yo creo, Señor, que tu bondad es grande. Creo en tu amor infinito. Haz de mí lo que quieras (AP1958/1,27).
Beato Santiago Alberione